La familia real británica tiene 99 problemas y Harry y Meghan no son uno de ellos
Crisis semanales en el palacio de Buckingham, escándalo tras escándalo te contamos cómo va el reinado de Carlos III y Camila.
A un año de la muerte de la reina Isabell II el panorama de la familia real británica ha desmejorado rápidamente con Carlos III a la cabeza. Fuera del novelón de la familia real con Harry y Meghan, que por cierto es lo que vende titulares y portadas, los Windsors tienen múltiples batallas abiertas de las que poco se habla, pero no por eso son menos importantes.
El Rey quedaba con dinero de personas muertas
Según las revelaciones de The Guardian, Carlos III se habría beneficiado de manera oculta de los activos de personas fallecidas en el noroeste de Inglaterra. Estos activos alimentan un extenso imperio inmobiliario bajo el dominio del Ducado de Lancaster, generando beneficios económicos al rey.
Bajo el antiguo sistema de bona vacantia, el Ducado de Lancaster ha recaudado decenas de millones de libras esterlinas en los últimos años a partir de los bienes de aquellos que murieron sin testamento o familiares conocidos. Aunque se afirmaba que estos ingresos se destinaban a obras benéficas después de deducir los costos, documentos internos revelan que solo un pequeño porcentaje realmente llega a organizaciones benéficas. En cambio, estos recursos eran usados en secreto para renovar propiedades reales que se alquilan con fines lucrativos.
Frente a las críticas, el rey ha optado por una acción correctiva, anunciando la transferencia de 100 millones de libras a un fondo de inversiones éticas para calmar los ánimos en el Reino Unido.
Países piden devolución de joyas
En Sudáfrica están instando a Gran Bretaña a devolver la Estrella de África, el diamante más grande del mundo, que adorna el cetro real utilizado por el rey Carlos III en su coronación. Descubierto en Sudáfrica en 1905 y presentado a la monarquía británica durante el dominio colonial, el diamante de 530 quilates se ha convertido en objeto de debate en medio de las conversaciones sobre la devolución de arte y artefactos saqueados durante la era colonial. Activistas sudafricanos, liderados por Mothusi Kamanga, abogan por la repatriación del diamante como un símbolo de orgullo, herencia y cultura sudafricana. La petición en línea para la devolución ha reunido alrededor de 8.000 firmas, destacando la creciente conciencia sobre la necesidad de descolonización y la recuperación de patrimonio expropiado.
Así mismo, la India está preparando una extensa campaña diplomática para recuperar valiosos artefactos culturales, incluido el famoso diamante Koh-i-Noor, actualmente bajo custodia británica. El diamante Koh-i-Noor, una de las Joyas de la Corona británica, es un foco central de esta campaña respaldada por el gobierno indio. Este tema parece ser de vital importancia para el primer ministro indio Narendra Modi, quién se ha embarcado en una viaje de reconstrucción de la identidad india, tanto que se cree que el nombre del país cambie a Bharat en los próximos años, uno de sus nombres más antiguos y el cual es reconocido por la constitución.
Países del Caribe se preparan para pedir reparaciones
En un hecho histórico los países que integran la CARICOM se preparan para exigir disculpas y reparaciones a la familia real británica por su rol en la trata de esclavos. Recordemos que cuando el Reino Unido abolió la esclavitud en 1830, el gobierno reparó monetariamente a los dueños de las plantaciones y no a los pueblos esclavizados.
Se espera que en cualquier momento los gobiernos de Antigua y Barbuda, Las Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Guyana, Jamaica, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Suriname, Trinidad y Tobago, exijan disculpas y reparaciones a la familia real británica y a la Iglesia de Inglaterra. Además, y de acuerdo con la página oficial de la CARICOM, grupos afrodescendientes en Brasil y Colombia, así cómo grupos indígenas en Australia y Nueva Zelanda también estarían contemplando la vía de las reparaciones.
Baja apoyo a la monarquía
Por otra parte, una encuesta realizada por Lord Ashcroft en mayo de este año, encontró que en caso de hacerse un referendo en la actualidad de los 14 reinos bajo la corona, 6 elegirían convertirse en república. Esas naciones serían, Australia, Canadá, Las Bahamas, las Islas Salomón, Antigua y Barbuda, y Jamaica. Aunque debemos recordar que Jamaica ya ha iniciado su proceso de separación de la corona británica. El último país en abolir la monarquía británica fue Barbados en 2021.
Pero si en el exterior llueve, en el Reino Unido no escampa, el pasado mes de septiembre un grupo de activistas del movimiento República ingresaron al palacio de Buckingham y posaron con sus camisetas que decían “NO ES MI REY” la protesta fue pacífica y rápidamente se volvió viral en redes sociales. Aunque el movimiento de República no es mayoritario aún, sí que ha visto su apoyo crecer desde el fallecimiento de la Reina Isabel. Una encuesta realizada por la organización Savanta, a pedido del movimiento de república dio a conocer que el apoyo a la monarquía dentro del Reino Unido ha caído hasta el 52%, frente a un 62% el año pasado cuando falleció la Reina Isabel.
El novelón de Harry y Meghan
Todo lo anterior sin mencionar el enorme daño que el rifirrafe entre la Familia Real y los Duques de Sussex ha hecho a la imagen de la institución. Hace poco ha salido el libro de Omid Scobie, el cual ha dejado muy mal parada a La Firma, mostrando a una institución que no se moderniza y unos royals desconectados de la realidad.
Si bien se esperaba que tras la muerte de la querida reina las cosas cambiaran, en tan solo un año la imagen de la casa real ha mermado mucho. Ahora, muchos en el público culpan a Carlos III por este desastre y piden que la corona pase al Príncipe William, aparte de lo poco probable del escenario, también sería un desacierto. Los actuales problemas que aquejan a los Windsors no fueron creados por Carlos (A excepción del caso Sussex), son situaciones estructurales que la Reina Isabel no arregló, y que con su desaparición era cuestión de tiempo de que estallaran.
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